Desapariencias femeninas

Ladies and gentleman , de pie por favor, a continuación el primer post de una invitada de-lu-jo (o delujo, como más les guste) Ire, @irenichus y principalmente MI Marida :) Me encanta como escribe y espero que a ustedes también, consideren este post como un regalito que les hago por ser tan buenos lectores.

Sin más vueltas y chupadas de medias (ganadas con todas las de la ley) los dejo de la mano de Irenichus:

Hoy venía pensando (si hay momentos en los que me gusta pensar, a modo de “divague” mental, es cuando voy caminando a trabajar, o cuando me ducho –cantar está bueno también), en esa cuestión que a todos nos roza en mayor o menor medida: la imagen.

Siempre fui muy obsesiva con la cuestión del “como debe ser” y de las apariencias; en este caso, con los hombres. “Eso una mujer no lo dice/hace/siente”

Particularmente, en mi última relación, me pasé reprimida, comprimida, como si estuviera apretada en una caja de vidrio muy finito, que en algún momento explotaría.

Siempre espléndida, siempre con una sonrisa… ¿llegaste 4 horas tardes porque te dormiste? No importa, sonreí, sonreí que si tu pareja te ve enojada, se desgasta la relación. ¡Y ni hablar del tema estético! Incluso hablaba con mis amigas: que no se les ocurriera mencionar de aquellas vacaciones en Punta del Este…o las salidas “all night long” finalizadas en el Bacilón. Una GRAN amiga que tiene un blog acerca de pires diarios fue martirizada por mis pires, santa…

Todo eso tenía que ver, directa o indirectamente, con mi (semi, casi) errónea teoría de que a los hombres les gustan las mujeres tontas. A ver, déjenme definir “mujer tonta”: dícese de aquellas féminas poco voluntariosas, aquellas que prefieren estar en la casucha criando hijos (y caderas), mientras su señor se pasa ensalzando secretarias, sabiendo que, sea como sea, siempre volverá a su casa (porque la mujer tonta hará la vista gorda, pues está cómoda en su situación socio-económica).

Yo sabía bien que no era una de esas mujeres, pero por alguna razón me costaba relajarme y confiar.

Finalmente, y ya estando sola, me di cuenta de que eso no era ni bueno, ni sano, ni me interesaba. Entonces puse todas mis manos (dos) a la obra y empecé a mostrar mis más indiscretas caras de orto, a decir lo que pensaba, a exigir y reclamar, dentro de lo normal, lo que creía justo.

Hasta incluso trato de no retar (tanto) a mis amigas por sus comportamientos “erróneos”, de acuerdo a mis cánones diplomáticos.

Sigo pensando que, por buen gusto, hay información que un hombre preferiría no saber (a mi, como mujer, no me interesa cuál era tu pose favorita con tu ex…o cuántas veces por día, así que lo mismo pienso que le pasaría a mi compañero)…pero estoy segura que le gustaría verme como soy, y saber qué fue de mí antes de conocerlo, antes de ver a una estatua insulsa que no expresa sentimiento alguno. Y también sigo pensando que una sonrisa es mejor que un reto.

A ver, algún hombre, me podría dar su punto de vista?

Gracias!

Ah, recuerden el * si lo van a retwittear, eh?